jueves, abril 30, 2009

José Miguel Martín



Nací hace 34 años en la ciudad de Las Palmas (Gran Canaria, Islas Canarias). Durante mucho tiempo pertenecí a organizaciones vinculadas a la izquierda nacionalista canaria, además de participar en varios movimientos sociales, tanto en Gran Canaria como en Tenerife. Desde el 2003 vivo fuera de Canarias, aunque regreso con frecuencia. Actualmente no formo parte de ninguna organización política. El año 2007 puse en marcha el blog Canarias Nación, como espacio de opinión nacionalista. Desde octubre de 2008 vengo participando en el blog colectivo Tamaimos, donde sigo tratando de aportar desde la metrópoli una mirada nacionalista y de izquierda a la actualidad canaria.




1- ¿Qué es Canarias para usted?

Es mi país, mi nación, el lugar en el que nací,… Es asimismo un proyecto de construcción de una sociedad feliz, justa y en paz, en la que todos los pueblos del mundo puedan reconocerse e inspirarse. En un plano más objetivo, Canarias es una tierra enormemente compleja, con una Historia traumática y enormemente condicionada por relaciones de dependencia y subordinación, básicamente con el Estado español. En Canarias se da un tipo de sociedad muy particular, configurada desde los tiempos de la conquista y posterior colonización mediante procesos de aculturación, asimilación cultural o, simplemente, españolismo, por un lado, así como amplios periodos de inmigración/emigración, por otro, y todo esto en un marco de marginación política de la gran mayoría de la sociedad. Las oligarquías insulares se han sumado históricamente a este estado de cosas, del que se han aprovechado enormemente. Esto ha dado lugar a una sociedad que presenta innumerables fracturas en cuanto a su cohesión, una “sociedad sin padre”, como dijera Manuel Alemán. Paradójicamente, frente a tanto desajuste, Canarias es también un país excepcionalmente rico en cuanto a su producción cultural y artística, fruto de la mirada única de los canarios sobre su legado tradicional y las aportaciones del exterior. Asimismo, es una sociedad dinámica, abierta al cambio y la innovación, que tiene entre sus retos más ilusionantes la de gestionar el relativamente reciente fenómeno de la inmigración con la vista puesta en la construcción de la ciudadanía democrática canaria del siglo XXI. Es, por tanto, una sociedad llena de contrastes que comparte niveles de desarrollo similares a países desarrollados pero en la que aún se deja sentir el atraso y subdesarrollo propio de otros países colonizados.

2- ¿Qué cree que define a los canarios?

Si nos referimos a rasgos de nuestra psique colectiva, pienso que el sentimiento de expropiación y sometimiento han sido, para nuestra desgracia, elementos poderosos en la conformación de la psique canaria. Dichos elementos toman entre otras formas, la del tan nombrado complejo de inferioridad, una autopercepción distorsionada y una infravaloración de todo lo canario, como sinónimo de algo negativo, atrasado, propio de personas incultas: un ejemplo paradigmático es, a mi juicio, la relación de los isleños con el habla canaria. Íntimamente relacionado con esto, se encuentra, en mi opinión, una sobrevaloración de todo lo foráneo y un mimetismo acrítico que cercena en muchas ocasiones la libre expresión de lo canario sin inhibiciones ni complejos en múltiples terrenos de la actividad humana, también la política. Una de las consecuencias más graves de un panorama así es la de una sociedad con escasa tradición organizativa y una débil vertebración, paralizada, abocada a pensar que el futuro no está en sus manos, puesto que no lo merece y por tanto nada puede hacerse para mejorar el presente. Sin embargo, siempre ha habido sectores sociales más o menos importantes que habrían escapado a esta lógica perversa según la cual Canarias es un sitio donde se malvive para que otros vivan de lujo, un no-lugar que no precisa mayor definición que la que otros le den. Es normalmente gente que ha sabido identificar los mecanismos de represión y autorrepresión que sabiamente inculcó el colonialismo durante siglos y que aún hoy atenazan a tantos canarios. Me identifico a grandes rasgos con esa energía rebelde que aún se puede rastrear en las movilizaciones pasadas y presentes en diversas islas por el bien común de la ciudadanía canaria, aunque creo que ésta debe transformarse y canalizarse si quiere desarrollarse. Por eso defiendo un nacionalismo moderno, pluralista, acogedor, solidario y creativo para la Canarias del siglo que ahora comienza.




3- ¿Tiene el pueblo canario derecho a decidir su futuro y en qué modelo?

Por supuesto. Si el pueblo canario no decide su futuro, otros lo decidirán por él, una situación poco deseable desde el punto de vista democrático, por más costumbre que haya al respecto. “Aquí vivimos, aquí decidimos”: ésta debe ser la idea fuerza, prueba de la superioridad democrática del proyecto de construcción nacional para las islas frente a los modelos dependentistas, que insisten en manejar Canarias como instrumento de intereses ajenos. Canarias debe dejar atrás el infantilismo inducido en el que se la ha mantenido durante cinco siglos y tomar las riendas de su destino, decidiendo democráticamente qué tipo de relación quiere tener con España, la Unión Europea, la Unión Africana, etc., asumiendo los desafíos de su paso a la etapa adulta. Si vivimos en un mundo de soberanías compartidas, los canarios debemos poder decidir en pie de igualdad la soberanía sobre qué asuntos y en qué grado estamos dispuestos a compartir, si así se considerara conveniente. Ése será el momento donde la lógica del pasado, del pacto colonial habrá sido sustituida por una lógica democrática, legal,… como corresponde a países civilizados en el siglo XXI. Sólo el nacionalismo ha hecho de esto su objetivo político. Sin embargo, no soy partidario de aquellas propuestas que obvian la legitimidad democrática de la sociedad canaria actual para ocultar su marginalidad o relegan la autodeterminación de las islas a tal o cual institución internacional, pasando por encima de la voluntad de la sociedad, que interesadamente sortean. Será el modelo que los canarios decidamos el que goce de legitimidad. En cambio, sí soy partidario de que el debate sobre el modelo (o modelos) de relaciones entre Canarias y España y la Unión Europea, etc. se dé con toda naturalidad, sin prejuicios ni tapujos, algo que suele abundar en la sociedad canaria. Será la mejor forma de desdramatizar y abordar con toda naturalidad estas cuestiones, como debe ser en una sociedad adulta, madura y responsable.


4- ¿Qué le falta a Canarias?

Si nos ceñimos al asunto de las relaciones entre Canarias y España, en mi humilde opinión, a las islas les falta poner en marcha un proceso de puesta en pie de sus propias estructuras políticas, económicas, culturales, etc. desde las que poder aspirar a una profunda revisión del actual status quo, la autonomía, que se ha revelado como insuficiente para una realidad tan diferente y particular como la canaria, escasamente asimilable a las comunidades autónomas españolas, nacionalismos históricos incluidos. Ese proceso es la construcción nacional.

Paralelamente, pienso que Canarias debe abordar una profundísima modernización: diversificar su economía, reduciendo su dependencia del sector construcción-turismo y poniendo en marcha un mercado nacional que revitalice su sector primario, tecnologizando nuestro campo y reforzando la industria alimentaria; debe impulsar el intercambio comercial con los países vecinos, apostando a la vez por las nuevas tecnologías y otras industrias limpias como vector de desarrollo estratégico, tomando el control de la gestión de sus puertos y aeropuertos a tal fin. Asimismo, debe apostar notablemente por incrementar la independencia energética a través del desarrollo de las energías limpias y renovables, poniendo en marcha planes de desarrollo de comarcas y áreas industriales caracterizados por su atención a la sostenibilidad. Entre muchas otras cosas, también se debe seguir potenciando el incremento de los niveles formativos del conjunto de la sociedad como uno de los mecanismos para reducir las altas tasas de desigualdad social. Canarias debe añadir valor añadido a sus sectores productivos incrementando también notablemente la inversión en I+D.

Asimismo, en Canarias hace falta una auténtica revolución democrática que ordene en un sentido de mayor transparencia y calidad los mecanismos de participación actuales (fundamentalmente la Ley Electoral) y ponga en pie otros nuevos. Es también imprescindible, en mi opinión, reformar el actual mapa administrativo de las islas con criterios de ahorro, eficiencia y descentralización, articulando el archipiélago sobre la base de los Cabildos, eminentemente. Esto que comento debe hacerse además en un sentido pluralista, para todos los ciudadanos que vivan en las islas, desterrando cualquier tentación exclusivista y estando atentos siempre a los cambios que desde ya mismo operan en la conformación de la sociedad debido a fenómenos como la inmigración. Para todo esto, y para tantas otras cosas, será necesario no sólo el liderazgo y la dirección política, sino el autogobierno que permita abordar esta profunda modernización.

Por último, la sociedad canaria debe luchar férreamente contra siglos y siglos de pensamiento descentrado y dirigido para avanzar hacia un pensamiento autocentrado. Debemos poner en marcha políticas educativas, culturales, informativas,… que sitúen a Canarias en el centro de sus preocupaciones, como objetivo primordial,… dando una imagen veraz de Canarias, su situación geográfica, sus intereses,… abandonando los patrones al uso que desde España se han venido importando. En mi visión de las cosas, todas estas medidas apuntan en la dirección de la construcción nacional del archipiélago, un empeño ilusionante.

5- ¿Qué hace usted por Canarias?

Actualmente no vivo en Canarias, lo cual limita enormemente una acción de tipo político en el sentido más clásico, algo en lo que ahora mismo no estoy personalmente interesado y que corresponde a otros. Consecuentemente, no pertenezco a ningún partido ni colectivo, aunque las fuerzas y sindicatos nacionalistas y de izquierdas cuentan con mis simpatías y apoyo. También con mi crítica constructiva. Sigo la actualidad canaria, estoy en contacto con la comunidad canaria en el exterior y trato de aportar mi punto de vista acerca de las islas por si a alguien le pudiera resultar de interés. Aspiro modestamente, por tanto, a contribuir a la renovación de las ideas del nacionalismo de izquierda, algo que entiendo como un objetivo prioritario, pensando especialmente en los jóvenes que continúan sumándose a las filas del nacionalismo. Las nuevas tecnologías han propiciado cambios tan profundos que la tradicional distinción entre “fuera” y “dentro” de Canarias, por citar sólo un ejemplo, ha quedado seriamente tocada. Este blog es un buen ejemplo de una iniciativa constructiva que puede inspirar a mucha gente en las islas. Aun así, es en los pueblos y ciudades de las islas, en sus barrios, donde se debe dar la batalla por una Canarias más libre y más justa. Corresponde tal tarea, entre otros, a esos jóvenes que nombraba, antes que a este humilde comentarista de la actualidad isleña.


6- ¿Cómo definiría la relación Canarias-Estado?

Es una relación marcada por la subordinación de los intereses propios de Canarias a los intereses del Estado español en sentido amplio: las instituciones políticas pero también sus organizaciones sociales, civiles, sindicatos,… y, en definitiva, el capital español y europeo, en alianza con las oligarquías insulares, interesados en perpetuar el tradicional papel de las islas como archipiélago reexportador, avanzadilla de la política española en el Noreste africano. El otro elemento importante a mi juicio vendría a ser la dependencia o sucursalismo, que se ha acabado convirtiendo en un sutil instrumento de dominación según el cual Canarias está condenada eternamente a ser dependiente y agradecer hasta el fin de la Historia a España que la nutra y la provea de bienes, ideas,... Falacias aparte, Canarias tiene las suficientes particularidades como para no quedar constreñida en el Estado de las Autonomías, un modelo que quizás valga para otros pero no para un archipiélago situado a más de mil kilómetros de su metrópolis y en otro continente. Un pensamiento político autocentrado no puede estar conforme con un modelo político-administrativo ajeno en el que las especificidades canarias encuentran difícil encaje y que, en buena medida, perpetúa mecanismos de dominación como los anteriormente citados.


7- ¿Cuáles son los problemas que en el futuro tiene que abordar Canarias?

En el plano económico, revisar las desiguales relaciones entre Canarias y España, a las que el actual REF no da solución, y abordar definitivamente la profunda transformación de buena parte de sus sectores productivos en un sentido de mayor sostenibilidad ambiental, eficiencia económica y justicia social.

En el plano político, alcanzar democráticamente, con el respaldo ciudadano, un status satisfactorio desde el que poder relacionarse en un plano de igualdad con España, bilateralmente con la Unión Europea y sus países vecinos y aquellos países de relación preferente por lazos históricos.; además, profundizar en la articulación democrática del país, corrigiendo cuestiones pendientes como la Ley Electoral, la organización política administrativa de las instituciones de islas y municipios, etc.

En el plano social, combatir las numerosas y elevadísimas exclusiones y desigualdades sociales que se dan en las islas, incrementando satisfactoriamente los niveles educativos de la población y mejorando la actual cobertura sanitaria. En ambos terrenos se deja sentir el atraso secular al que se vio condenada Canarias y que treinta años de autonomía todavía no han conseguido paliar, a pesar de los innegables avances.

En el plano cultural, Canarias debe encontrarse a sí misma, compensar tantos siglos de indefinición y ocultamiento, poniendo en pie políticas culturales que vayan dirigidas sobre todo a la base de la sociedad en el sentido de devolver una imagen ajustada a los canarios de sí mismos, su Historia, sus manifestaciones culturales, sus expresiones artísticas,… haciendo hincapié en la universalidad de nuestra cultura.

8- ¿Cuál sería la estrategia política para el futuro?

Más allá de la necesidad de poner en pie estructuras políticas propias, no dependientes, en el marco de una profundísima renovación de las ideas de izquierda y nacionalistas, no tengo demasiadas ideas. No estoy en el juego político como para poder opinar con solvencia, aunque sí se me ocurre que puede ser positiva la construcción de alianzas de trabajo más o menos sólidas, en la base, a nivel municipal,… en torno a acuerdos mínimos que puedan ayudar a construir niveles de unidad superiores. Aun desde mi perspectiva independiente, pienso que estas alianzas de fuerzas no sucursalistas pueden ser positivas de cara a la construcción de alternativas reales en el seno de la sociedad. Además, creo que sería conveniente cultivar la convicción de que la construcción nacional canaria es un proyecto político bueno y útil para toda la ciudadanía canaria y no sólo para aquéllos que se definan como sólo canarios.




9- ¿Cómo definiría el proceso de la Autonomía Canaria?

Es un primer paso, insuficiente, pero del que podemos aprender mucho. La lección cotidiana de que podemos hacernos cargo de nuestros asuntos sin tutelas me parece fundamental para miras más ambiciosas. En ese sentido, le asigno un valor pedagógico importantísimo, especialmente para una sociedad escasamente politizada. Un pueblo como el canario, al que se le ha inoculado el temor y la baja autoestima durante tanto tiempo, aprende lentamente y por demostración empírica, vivencial. Para eso puede servir mucho este proceso, al que tan torpemente se sumó la burguesía canaria en su momento, siempre con la vista puesta en su superación.


10- ¿Ha habido algún tipo de política nacionalista en Canarias?

La ha habido, la hay y, probablemente, la habrá, en la medida en que hay partidos que se autodefinen como nacionalistas, son votados y están al frente de instituciones, etc. No me corresponde a mí decir quién es nacionalista y quién no, más allá de mis preferencias personales. Creo que el mapa electoral desde la restauración de la democracia demuestra claramente que en las islas hay una sensibilidad más o menos importante a favor de partidos de obediencia canaria, no sucursalistas, junto a sensibilidades políticas más claramente españolistas. No me parece que esto vaya a desaparecer, dando lugar al bipartidismo españolista. Como nacionalista, sin embargo, aspiro a que lo que hoy conocemos como nacionalismo, en sentido amplio, sea de mejor calidad, mayor altura de miras y decisión a la hora de plantear las reivindicaciones de las islas frente al Estado español y la Unión Europea, en definitiva, más fiel a esa voluntad popular que constantemente, más allá de altibajos coyunturales, se ha venido expresando en las últimas tres décadas.