Esta entrevista, claro que no la vamos a usar para el estudia sociológico, politológico y antropológico, que pretendemos hacer con el conjunto de encuestas que estamos realizando. Como es algo excepcional, la vamos a colgar hoy en el Proyecto-Blog y no los jueves como viene siendo lo normal.
Esta entrevista nunca existió, es simplemente una ficción, pero el pensamiento de Secundino Delgado nos llega claro, fresco y directo, preciso como pocos y sobretodo joven. Joven a pesar de los años y las décadas.
Esta es la entrevista que nos hubiera gustado hacer. La magnitud del personaje es inconmensurable, el momento histórico que vivió y el campo social donde desarrollo su pensamiento, es amplio y complejo. Abarca desde el conjunto de canarios dispersos por diversos puntos de America: Cuba, Florida, Venezuela, hijos de las frustraciones de su tierra, que fueron a buscar fuera, lo que en su tierra se les negaba, hasta los canarios que, a principio del siglo XX, vivan sometidos a la más oscura noche del régimen colonial, todavía revestido de las galas caciquiles de una no muy lejana conquista.
Las respuestas las hemos extraído de artículos secundinianos publicados en el periódico El Guanche, en sus dos etapas, así como de la publicación ¡Vacaguare! , como de textos políticos aparecidos en el periódico El Obrero, órgano del Asociación Obrera con la que Secundino cooperó intensamente. También de textos políticos de la etapa del Partido Popular. Que pena de siglas, tan importantes para un estudio histórico-político de Canarias. ¡Cómo han cambiado de sentido!
Las respuestas las hemos extraído de artículos secundinianos publicados en el periódico El Guanche, en sus dos etapas, así como de la publicación ¡Vacaguare! , como de textos políticos aparecidos en el periódico El Obrero, órgano del Asociación Obrera con la que Secundino cooperó intensamente. También de textos políticos de la etapa del Partido Popular. Que pena de siglas, tan importantes para un estudio histórico-político de Canarias. ¡Cómo han cambiado de sentido!
Todas las respuestas, hemos tratado de usarlas de la manera más contextualizada que hemos sabido. No ha sido coger frases al tun tun y a ver si pegan, sino que hemos tratado, de la mejor manera posible, hacerlas coincidir con la materia de la pregunta. No somos pretenciosos, sabemos que también podían haber sido otras, quizás más precisas.
Lejos estamos de saber si esas hubieran sido las respuestas del propio Secundino Delgado, habrá que analizar la propia evolución ideológica del personaje, y valorar hasta que punto es distorsionador usar en un mismo contexto, frases que parten de años de diferencia desde que fueron proclamadas. La experiencia vital del propio Secundino le habrá marcado profundamente, pero mantenemos la convicción de que la suya fue una vida, truncada muy joven, dedicada íntegramente a la defensa de un ideal.
Secundino nos transmite un mensaje de rebeldía e inconformismo y es ejemplo de lucha, en una época en la que no era para nada fácil acometer alguna empresa más allá del subsistir como se podía. Bastante había ya con ir escapando del día a día.
Su vida la resumió muy bien él mismo: … soy un revolucionario, un rebelde nada más
Su vida la resumió muy bien él mismo: … soy un revolucionario, un rebelde nada más
Nació en Santa Cruz de Tenerife en 1867. A los 14 años tomó el camino de la emigración. En Estados Unidos se inició en las ideas libertarias y estableció contacto con sectores independentistas cubanos. En 1885 se estableció en Tampa, Florida, donde colaboró con el semanario El Esclavo. Posteriormente marchó a Cuba, donde ejerció de herrero y continuó su labor política. En 1896 regresó a Canarias y poco después fue a Caracas. Allí trató de organizar un movimiento independentista canario y fundó El Guanche. Dos años después volvió a Tenerife, colaboró con la Asociación Obrera de Canarias, fundó el periódico Vacaguaré y el Partido Popular Autonomista. En 1902 fue detenido, acusado de fabricar la bomba utilizada en el atentado contra la Capitanía General de La Habana en 1896 y fue trasladado a la Cárcel Modelo de Madrid. Este periodo de prisión lo relató en su libro ¡Vacaguaré...! (Via-Crucis). Falleció en 1912 a causa de una tuberculosis.
1- ¿Qué es Canarias para usted?
…[Ella es nuestra patria. Ella nos honra. Ella es digna en la historia de los siglos. Cumplamos con nuestro deber, unámonos canarios todos, cual lo hacen los hijos expatriados que quieren socorrer a su madre. Ella es nuestra madre común y como tal no debemos olvidarla en manos de quien poco le interesa. Hay que pedir para ella; nunca es mucho lo que el hijo pide para su madre.]…
2- ¿Qué cree que define a los canarios?
…[El viajero en nuestras islas, siempre que toque en la puerta de una choza, encontrará la mitad del pan de quien la habita, a la vez el cariño fraternal que se le brinde. ¡Cuantas veces hemos observado la satisfacción que se pinta en el rostro de nuestro labriego, cuando el transeúnte come el pan o bebe el vino que espontáneamente le brindó!
Quien favorezca en cosas alguna vez a ese honrado tipo canario, puede estar seguro que el corazón del beneficiado no le olvidará jamás. Por el contrario, se desvelará esforzándose en recompensar al bienhechor.
Su trato respetuoso y afable, nos parece a veces exceso de humillación, cuando sólo es hábito de su exagerada cortesía. La solidaridad entre ellos parece innata, en el trabajo o en la desgracia. Los sociólogos tendrán que admirar el fondo altruista que caracteriza a esos hermanos nuestros. Es proverbial en los campos de las Canarias “Vale más un mal arreglo que un buen pleito” por lo que en último caso acuden a la ley, la cual odian como a su peor enemigo. Su temperamento pacifico le perjudica en cierto modo.
Aún cuando carecen de instrucciones, sus juicios son rectos, sus argumentos llenos de lógica, lo que prueba el estado de sanidad de su cerebro.
No obstante, las inicuas contribuciones que lo diezman hasta apenas dejarle un puñado de gofio o arrebatarle sus chozas si el año ha sido malo y no puede cumplir con los leoninos impuestos, no obstante estas inquietudes (del nunca bien ponderado gobierno), causa muchas veces que tenga que abandonar su patria familias enteras, cual si fueran los judíos de antaño, no obstante todo esto, decimos son tardíos en rebelarse.
Pero, ¡ay!, cuando se deciden
Es un solo impulso una masa compacta que amenaza sin temor a nada ni a nadie; sin director ni instigador alguno, quieren todos lo mismo como un solo hombre; donde va uno, el más insignificante tal vez, por ahí van los demás. Se han dado casos en algunas islas, donde los padres de la patria han enviado un parásito de los tantos que abundan en la corte a recaudar por contribuciones y cédulas, así que los laboriosos se enteraron del objeto, se acabó para él la comida y el agua, cual si hubiera ofendido con su presencia y su objeto a una sola familia.
Bien conocedora la madre patria del carácter de estos segundos guanches por el inmenso amor que hacia ellos siente, reduce lo más que puede los centros instructivos y todo aquello que tienda a ilustrar a nuestros hermanos. ! ¡Bendito sea su amor!
¡Y hay quien le da la razón a estos filántropos, directores y dueños absolutos de nuestras Afortunadas!
No seremos nosotros. Tanto nos encantan las costumbres, trato y lealtad de nuestros campesinos, cuanto odiamos y combatimos a los causantes de su desdicha, su ignorancia y su pobreza.
Ese es El Guanche.
…[La obcecación y el aferramiento a lo tradicional y el odio y repulsión que siente España a todo renovamiento progresivo, necesariamente han de perderla.]...
…[Las Islas Canarias abrigan una raza nueva, podemos decir, resultado de la mezcla que produjo la invasión de aquélla, este pueblo aún no ha despertado a la lucha, ya por la coacción ya por la clase de instrucción a que lo ha sometido la Metrópoli, hasta hoy no ha hecho sino cantar alabanzas, tal vez impresionadas, a quien aún rige sus destinos.
Mas, esta nueva raza pronto ha de darse cuenta de su papel, y del tiempo que ha perdido en el lecho del Procubsto. Tiene la excelente cualidad de amar con la intensidad del africano a su pequeña Paria, y no vemos lejano el día que despierte bruscamente.]…
…[el español manifiesta el orgullo y el hábito de dominación de sus abuelos, la arrogancia funesta del amo. El canario es para ellos un tipo inferior, un isleño canario. Es el ejemplo del rústico, del bárbaro: para el peninsular es un español sometido, y esta opinión es íntima en todos ellos, raro es el compatriota nuestro que no lo haya observado si ha tenido ocasión de tratarlos.]...
Quien favorezca en cosas alguna vez a ese honrado tipo canario, puede estar seguro que el corazón del beneficiado no le olvidará jamás. Por el contrario, se desvelará esforzándose en recompensar al bienhechor.
Su trato respetuoso y afable, nos parece a veces exceso de humillación, cuando sólo es hábito de su exagerada cortesía. La solidaridad entre ellos parece innata, en el trabajo o en la desgracia. Los sociólogos tendrán que admirar el fondo altruista que caracteriza a esos hermanos nuestros. Es proverbial en los campos de las Canarias “Vale más un mal arreglo que un buen pleito” por lo que en último caso acuden a la ley, la cual odian como a su peor enemigo. Su temperamento pacifico le perjudica en cierto modo.
Aún cuando carecen de instrucciones, sus juicios son rectos, sus argumentos llenos de lógica, lo que prueba el estado de sanidad de su cerebro.
No obstante, las inicuas contribuciones que lo diezman hasta apenas dejarle un puñado de gofio o arrebatarle sus chozas si el año ha sido malo y no puede cumplir con los leoninos impuestos, no obstante estas inquietudes (del nunca bien ponderado gobierno), causa muchas veces que tenga que abandonar su patria familias enteras, cual si fueran los judíos de antaño, no obstante todo esto, decimos son tardíos en rebelarse.
Pero, ¡ay!, cuando se deciden
Es un solo impulso una masa compacta que amenaza sin temor a nada ni a nadie; sin director ni instigador alguno, quieren todos lo mismo como un solo hombre; donde va uno, el más insignificante tal vez, por ahí van los demás. Se han dado casos en algunas islas, donde los padres de la patria han enviado un parásito de los tantos que abundan en la corte a recaudar por contribuciones y cédulas, así que los laboriosos se enteraron del objeto, se acabó para él la comida y el agua, cual si hubiera ofendido con su presencia y su objeto a una sola familia.
Bien conocedora la madre patria del carácter de estos segundos guanches por el inmenso amor que hacia ellos siente, reduce lo más que puede los centros instructivos y todo aquello que tienda a ilustrar a nuestros hermanos. ! ¡Bendito sea su amor!
¡Y hay quien le da la razón a estos filántropos, directores y dueños absolutos de nuestras Afortunadas!
No seremos nosotros. Tanto nos encantan las costumbres, trato y lealtad de nuestros campesinos, cuanto odiamos y combatimos a los causantes de su desdicha, su ignorancia y su pobreza.
Ese es El Guanche.
…[La obcecación y el aferramiento a lo tradicional y el odio y repulsión que siente España a todo renovamiento progresivo, necesariamente han de perderla.]...
…[Las Islas Canarias abrigan una raza nueva, podemos decir, resultado de la mezcla que produjo la invasión de aquélla, este pueblo aún no ha despertado a la lucha, ya por la coacción ya por la clase de instrucción a que lo ha sometido la Metrópoli, hasta hoy no ha hecho sino cantar alabanzas, tal vez impresionadas, a quien aún rige sus destinos.
Mas, esta nueva raza pronto ha de darse cuenta de su papel, y del tiempo que ha perdido en el lecho del Procubsto. Tiene la excelente cualidad de amar con la intensidad del africano a su pequeña Paria, y no vemos lejano el día que despierte bruscamente.]…
…[el español manifiesta el orgullo y el hábito de dominación de sus abuelos, la arrogancia funesta del amo. El canario es para ellos un tipo inferior, un isleño canario. Es el ejemplo del rústico, del bárbaro: para el peninsular es un español sometido, y esta opinión es íntima en todos ellos, raro es el compatriota nuestro que no lo haya observado si ha tenido ocasión de tratarlos.]...
3- ¿Tiene el pueblo canario derecho a decidir su futuro y en qué modelo?
…[El canario es hijo de su tierra sólo por haber nacido en ella, mas, no por que pueda gozar lo que la Patria brinda a todos sus hijos; así se explica que un pueblo de 600.000 habitantes tenga afuera una emigración de 200.000.
El campesino vive en perpetua zozobra como el esclavo que espera el látigo que flagela sus espaldas; la paz no existe para él sino cuando abandona aquellos lugares tan amados; es un mártir de la tiranía española.]…
…[¿Es justo que los pueblos sujetos a tal suerte sean fieles a los responsables de tantas calamidades y fatigas?]…
…[¿Por qué gritamos viva España estando nuestra tierra en África y viéndola perecer bajo el yugo de aquélla? ¿Acaso creéis que esto nos honra? No. Somos más dignos siendo canarios solamente por muchas causas. Hijos somos de una tierra que fue conquistada y por tanto llevamos el hierro de tales;]…
El campesino vive en perpetua zozobra como el esclavo que espera el látigo que flagela sus espaldas; la paz no existe para él sino cuando abandona aquellos lugares tan amados; es un mártir de la tiranía española.]…
…[¿Es justo que los pueblos sujetos a tal suerte sean fieles a los responsables de tantas calamidades y fatigas?]…
…[¿Por qué gritamos viva España estando nuestra tierra en África y viéndola perecer bajo el yugo de aquélla? ¿Acaso creéis que esto nos honra? No. Somos más dignos siendo canarios solamente por muchas causas. Hijos somos de una tierra que fue conquistada y por tanto llevamos el hierro de tales;]…
4- ¿Qué le falta a Canarias?
Hay quien dice que nos falta todo para salvarla, y ¡mienten! Sólo nos falta una cosa: ¡querer!
La creencia de que somos impotentes debemos arrancarla del corazón.
La creencia de que somos impotentes debemos arrancarla del corazón.
5- ¿Qué hace usted por Canarias?
Mientras aliente, bregaré por la autonomía de los pueblos y de los individuos, cueste lo que cueste. A la tiranía de España debo mi iniciación en las cárceles y en el martirio. Ya nada temo, todo por la libertad de los pueblos y de los hombres. Como Backunine, que al mismo tiempo que predicaba la gran revolución política, económica y social, no abandona las regiones conquistadas y sometidas a potencias extranjeras. Polonia, por ejemplo, fue su virgen prisionera. Seré un revolucionario, pero nunca un sectario. Las palabras también esclavizan, aunque sean: república, socialismo, anarquía…No; soy un revolucionario, un rebelde nada más
6- ¿Cómo definiría la relación Canarias-Estado?
Aquellos de nuestros compañeros que están bien hallados con el yugo español, o que tiembla a la sola idea de una vida digna e independiente, que no alcanzan a comprender porque jamás ha disfrutado de nada semejante, acostumbran, para sincerase entre propios y extraños de su culpable inercia, hacerse los siguientes raciocinios: "Cuba, Filipinas –dicen- son verdaderas colonias que España explota a millares de leguas de distancia; sus nativos o son considerados como iguales a los peninsulares: las glorias de España no le pertenecen y en todo y por todo, son tenidos en el concepto de los españoles, no como hermanos sino como extraños subyugados, ingratos de quienes hay que recelar y a quienes se le hace pagar muy caro una civilización recortada y mezquina. Otro es el caso de las Canarias. Estas ideas que son simplemente las que el español astuto ha tratado de infiltrarnos para adormecernos comienzan a perder su eficacia ante la realidad que siempre habla más alto que las mistificaciones de los déspotas".
Después de un profundo y demasiado prolongado sueño, el pueblo canario comienza a darse cuenta que son ciertos los hermosos cuentos que con tantas veces han distraído la atención.
Compara su estado con el de Cuba y Filipinas y deduce consecuencias terribles para sus explotadores, terribles hoy ante la opinión pública, más terribles mañana, el día de las responsabilidades. Lo mismo que en aquellas dos colonias, el español penetró en las Canarias a sangre y fuego y si subyugó y en parte destruyó al indio, al guanche lo absorbió por completo. Si explota a destajo las islas asiáticas y americanas que le pertenece también explota sus islas africanas.
Nuestras fieles Canarias, nuestra fiel isla de Cuba dice el peninsular. ¿Fieles a quién? ¡Oh compatriotas canarios! Fieles a España. El peninsular no dice "nuestra fiel Andalucía" porque Andalucía es España y semejante frase sería un contrasentido. Pero nuestras islas queridísimas no son una porción, sino una posesión española.
Hace poco, cuando el pueblo canario celebraba el primer centenario de la derrota de Nelson en Tenerife, el gobierno metropolitano calificó aquella fiesta de puramente local. Aquel hecho insólito era por tanto, gloria solamente nuestra, gloria canaria. El presuntuoso pueblo que nos tiraniza hubiera creído rebajar su orgullo aceptando comunidad de gloria con nosotros.
Por consecuencia lógica las glorias hispanas no lo son nuestras. ¡Qué decepción para los isleños que sueñan la comprensión de nuestras desgracias actuales en la honra de ser partícipes de los laureles de una nación un día grande y poderosa! ¿Y aún pasando las cosas de otro modo, bastarían esos laureles, manchados en su mayor número de sangre a compensar la ausencia de nuestra libertad, nuestra posición humillante de conquistados, la ruina de nuestros campos y la miseria de nuestros campesinos? ¿Bastaría compatriotas ausentes de nuestras islas a compensar las lágrimas de nuestras madres?
Mentira parece que en pueblo tan laborioso como nuestro haya podido tener acogida patraña semejante. Ahí está la mano del español.
Otro día volveremos sobre este asunto y haremos ver a los obcecados que las Canarias tienen capital propio con que brillar en la gran constelación, de los pueblos y si ese capital no es aún mayor, debe ser la suspicacia de la metrópolis que procuró siempre con todos los medios rebajar el nivel de nuestra cultura intelectual.
Entre tanto, aquellos a quienes asusta el porvenir inevitable preñado de transformaciones, pueden tranquilizarse. Las ideas que hoy cunden nuestras islas, no les harán perder el dictado de fieles. Tres veces con la presente, se han insurreccionado los cubanos contra España y para los españoles continúa siendo la Gran Antilla, nuestra fiel Cuba. Ellos continuarán dándonos el magnífico calificativo, en alta voz todo el tiempo que les sea posible llevar adelante el engaño. Cuando no puedan más se quitarán la careta y dirán de nosotros lo que hoy sólo piensan; lo que han dicho en su despecho de todos sus antiguos colonos seres de raza inferior, ingratos traidores.
¡Sea cuánto antes! ¡Caiga de nosotros la venda y de sus rostros la careta!
Después de un profundo y demasiado prolongado sueño, el pueblo canario comienza a darse cuenta que son ciertos los hermosos cuentos que con tantas veces han distraído la atención.
Compara su estado con el de Cuba y Filipinas y deduce consecuencias terribles para sus explotadores, terribles hoy ante la opinión pública, más terribles mañana, el día de las responsabilidades. Lo mismo que en aquellas dos colonias, el español penetró en las Canarias a sangre y fuego y si subyugó y en parte destruyó al indio, al guanche lo absorbió por completo. Si explota a destajo las islas asiáticas y americanas que le pertenece también explota sus islas africanas.
Nuestras fieles Canarias, nuestra fiel isla de Cuba dice el peninsular. ¿Fieles a quién? ¡Oh compatriotas canarios! Fieles a España. El peninsular no dice "nuestra fiel Andalucía" porque Andalucía es España y semejante frase sería un contrasentido. Pero nuestras islas queridísimas no son una porción, sino una posesión española.
Hace poco, cuando el pueblo canario celebraba el primer centenario de la derrota de Nelson en Tenerife, el gobierno metropolitano calificó aquella fiesta de puramente local. Aquel hecho insólito era por tanto, gloria solamente nuestra, gloria canaria. El presuntuoso pueblo que nos tiraniza hubiera creído rebajar su orgullo aceptando comunidad de gloria con nosotros.
Por consecuencia lógica las glorias hispanas no lo son nuestras. ¡Qué decepción para los isleños que sueñan la comprensión de nuestras desgracias actuales en la honra de ser partícipes de los laureles de una nación un día grande y poderosa! ¿Y aún pasando las cosas de otro modo, bastarían esos laureles, manchados en su mayor número de sangre a compensar la ausencia de nuestra libertad, nuestra posición humillante de conquistados, la ruina de nuestros campos y la miseria de nuestros campesinos? ¿Bastaría compatriotas ausentes de nuestras islas a compensar las lágrimas de nuestras madres?
Mentira parece que en pueblo tan laborioso como nuestro haya podido tener acogida patraña semejante. Ahí está la mano del español.
Otro día volveremos sobre este asunto y haremos ver a los obcecados que las Canarias tienen capital propio con que brillar en la gran constelación, de los pueblos y si ese capital no es aún mayor, debe ser la suspicacia de la metrópolis que procuró siempre con todos los medios rebajar el nivel de nuestra cultura intelectual.
Entre tanto, aquellos a quienes asusta el porvenir inevitable preñado de transformaciones, pueden tranquilizarse. Las ideas que hoy cunden nuestras islas, no les harán perder el dictado de fieles. Tres veces con la presente, se han insurreccionado los cubanos contra España y para los españoles continúa siendo la Gran Antilla, nuestra fiel Cuba. Ellos continuarán dándonos el magnífico calificativo, en alta voz todo el tiempo que les sea posible llevar adelante el engaño. Cuando no puedan más se quitarán la careta y dirán de nosotros lo que hoy sólo piensan; lo que han dicho en su despecho de todos sus antiguos colonos seres de raza inferior, ingratos traidores.
¡Sea cuánto antes! ¡Caiga de nosotros la venda y de sus rostros la careta!
7- ¿Cuáles son los problemas que en el futuro tiene que abordar Canarias?
…[Hermano mío: hay que resolverse pronto por que la gravedad creciente del mal así lo exige. Hay que escoger entre la colonia española, la emigración, y al fin la factoría inglesa, y la independencia, el bienestar, el gobierno propio la población creciente. Tú dirás.]…
8- ¿Cuál sería la estrategia política para el futuro?
…[la prensa vendida, dividiendo al pueblo, con la política local de Maquiavelo, haciendo que se odien los hermanos de una isla y otra; restringiendo la instrucción; vedadas las grandes ideas; la palabra libertad si alguna vez se pronuncia es mistificada; al pueblo nunca se le deja entender su sentido lato; el instinto de rebelión, promotor de progreso y libertad casi lo han extinguido en aquellas infortunadas islas.]…
…[Despreciar la prensa venal y asalariada que fomenta la discordia entre las islas, nuestra Patria, con el fin de dividir al pueblo para que el lobo devore con paciencia y gusto su víctima.
Atacad con audacia el caciquismo irritante que se enseñorea estúpidamente imponiendo su voluntad imbécil, violando nuestros legítimos derechos de hombres y engordando a expensas del pobre pueblo, cada día más diezmado.
Y tú, pueblo trabajador, que desde que naciste, grabaron los picaros en tu frente tu deber, habiéndose guardado en sus faldones el derecho que te corresponde de, organízate, formar círculos de artesanos, ponte en relación con los proletarios de otras partes, instrúyete robando algunas horas al descanso y después que sepas cual es tú derecho y quien te lo robó, rebélate, que ese derecho te corresponde.
Tu emancipación y el mejoramiento de tu Patria no lo esperes de esos sabios de librea que asisten a las cortes para hacer la venia al amo.
Es el mismo pueblo el que debe moverse, protestar contra las exageradas contribuciones, los abusos, el caciquismo, las arbitrariedades de los exóticos gobernantes, etc.
Si las leyes de aquella monarquía nos coaccionan, en Canarias, no debemos respetarlas; ya que entorpecen el progreso y apagan la luz del pensamiento libre, no las respetemos, y si es necesario seamos hostiles.
Mas, para eso, hay que amar el ideal de la patria: no estar mistificados. Ser canarios.
¡¡Ah!! El día que se nos caigan la venda, aquellas siete joyas volverán a ser como el nombre que llevan.
…[El grito de libertad está lanzado al mundo, no lo recogeremos jamás. Cuánto más dura sea la prueba, más energía y tesón mostraremos al enemigo. No importa que sus ataques sean viles, los nuestros serán dignos de la idea que defendemos. Es verdad que todo conspira contra nosotros, desde la influencia de la nación que guarda las llaves de nuestros grillos, hasta la obcecación de los hermanos nuestros, ya envilecidos por la sumisión y las cadenas, mas, cuanto mayores sean los obstáculos, más grande ha de ser la abnegación por dominados. ¿Qué importa los sacrificios si algún día llega a alumbrar nuestra Patria el sol de la libertad? ¿Qué nos importa la herida que nos produzca algún canario si nuestra consciencia nos manda luchar en beneficio de él mismo?...].
…[Despreciar la prensa venal y asalariada que fomenta la discordia entre las islas, nuestra Patria, con el fin de dividir al pueblo para que el lobo devore con paciencia y gusto su víctima.
Atacad con audacia el caciquismo irritante que se enseñorea estúpidamente imponiendo su voluntad imbécil, violando nuestros legítimos derechos de hombres y engordando a expensas del pobre pueblo, cada día más diezmado.
Y tú, pueblo trabajador, que desde que naciste, grabaron los picaros en tu frente tu deber, habiéndose guardado en sus faldones el derecho que te corresponde de, organízate, formar círculos de artesanos, ponte en relación con los proletarios de otras partes, instrúyete robando algunas horas al descanso y después que sepas cual es tú derecho y quien te lo robó, rebélate, que ese derecho te corresponde.
Tu emancipación y el mejoramiento de tu Patria no lo esperes de esos sabios de librea que asisten a las cortes para hacer la venia al amo.
Es el mismo pueblo el que debe moverse, protestar contra las exageradas contribuciones, los abusos, el caciquismo, las arbitrariedades de los exóticos gobernantes, etc.
Si las leyes de aquella monarquía nos coaccionan, en Canarias, no debemos respetarlas; ya que entorpecen el progreso y apagan la luz del pensamiento libre, no las respetemos, y si es necesario seamos hostiles.
Mas, para eso, hay que amar el ideal de la patria: no estar mistificados. Ser canarios.
¡¡Ah!! El día que se nos caigan la venda, aquellas siete joyas volverán a ser como el nombre que llevan.
…[El grito de libertad está lanzado al mundo, no lo recogeremos jamás. Cuánto más dura sea la prueba, más energía y tesón mostraremos al enemigo. No importa que sus ataques sean viles, los nuestros serán dignos de la idea que defendemos. Es verdad que todo conspira contra nosotros, desde la influencia de la nación que guarda las llaves de nuestros grillos, hasta la obcecación de los hermanos nuestros, ya envilecidos por la sumisión y las cadenas, mas, cuanto mayores sean los obstáculos, más grande ha de ser la abnegación por dominados. ¿Qué importa los sacrificios si algún día llega a alumbrar nuestra Patria el sol de la libertad? ¿Qué nos importa la herida que nos produzca algún canario si nuestra consciencia nos manda luchar en beneficio de él mismo?...].
9- ¿Cómo definiría el proceso de la Autonomía Canaria?
…[No pudiendo los españolistas negar los hechos palpables que hemos exhibido a la faz del mundo, entran en transición, se van por distinto camino y adoptan el término medio tan querido de los timoratos y de los débiles. Es claro como la luz del sol africano que hay en Canarias un gran malestar político, social y económico, que la corrupción política ha llegado al colmo; que el Tesoro canario está plagado de sanguijuelas venidas de la Península para agotarlo; que la miseria invada a las clases obreras; que la emigración aumenta, aumenta siempre. Ellos no lo niegan, porque es imposible negarlo, pero van a buscar el remedio; ¿en dónde? En la autonomía. ¡Como si pudiera, curarse el mal sin extirparse la causa! ¡Cómo si el régimen autonómico español, no fuera la misma tiranía en otra forma! La autonomía, entendida bien, será lo más un paliativo, un remedio radical, jamás.
Mas estas mismas consideraciones las hacemos aceptando como cierta una base que nuestros adversarios consideran por lo visto inconmovibles: que esa autonomía así recortada y falaz, con todo quiera concederla España.
Digamos de paso que los derechos, por el mismo hecho de serlos, no se conceden. Se reconocen a lo más. España ha reconocido a las Antillas el derecho de la autonomía: pues está en el deber de reconocérselo a Canarias que está en caso idéntico…].
…[no existe hoy en Canarias una corriente de aspiración en sentido autonómico, sino que esa corriente va más allá, llega las últimas conclusiones: la independencia.
Los que se detienen a la mitad del camino no tienen unidad y se muestran aislados. Son ilógicos en sus procedimientos, pues que, patrocinantes de un simple régimen legal no adoptan el camino legal para llegar a él. Y el camino no es otro que el de la organización pública: el partido legal con sus ideales bien definidos y concretos: con su causa, con sus hombres, con sus jefes. Lo demás es pura farsa, subterfugio de espíritus pusilánimes para evadir tomar lugar definitivo en uno de los campos: España y Canarias libre. Esto, si semejantes ideas no son en resumen un lazo que España le tiende a la buena fe y lealtad de los canarios: si no son un remedio barato de distraer su atención de los males que le agobian y de manejar los sujetos, al yugo, con el cebo de una esperanza que jamás se realizará.
Por lo que a nosotros los canarios independientes toca, no trabajaremos si no por un ideal: la independencia. Ya que es preciso realizar grandes sacrificios para venir a alcanzar una libertad a medias, que se realicen por una libertad completa. Ya llegará el día en que vengan a ofrecernos esa autonomía codiciada por algunos compatriotas, si es que sucesos de otro orden no ponen en duro trance la propia existencia nacional de España. Para entonces, nuestros compatriotas en masa, aleccionados por la experiencia, en conocimiento de sus derechos y de su fuerza, no la aceptarán. ¿Habrán de aceptar lo que han rechazado los cubanos ya en armas y los puertorriqueños aún en paz? ¿Son acaso los canarios menos dignos que sus hermanos del mar caribe?
Mas estas mismas consideraciones las hacemos aceptando como cierta una base que nuestros adversarios consideran por lo visto inconmovibles: que esa autonomía así recortada y falaz, con todo quiera concederla España.
Digamos de paso que los derechos, por el mismo hecho de serlos, no se conceden. Se reconocen a lo más. España ha reconocido a las Antillas el derecho de la autonomía: pues está en el deber de reconocérselo a Canarias que está en caso idéntico…].
…[no existe hoy en Canarias una corriente de aspiración en sentido autonómico, sino que esa corriente va más allá, llega las últimas conclusiones: la independencia.
Los que se detienen a la mitad del camino no tienen unidad y se muestran aislados. Son ilógicos en sus procedimientos, pues que, patrocinantes de un simple régimen legal no adoptan el camino legal para llegar a él. Y el camino no es otro que el de la organización pública: el partido legal con sus ideales bien definidos y concretos: con su causa, con sus hombres, con sus jefes. Lo demás es pura farsa, subterfugio de espíritus pusilánimes para evadir tomar lugar definitivo en uno de los campos: España y Canarias libre. Esto, si semejantes ideas no son en resumen un lazo que España le tiende a la buena fe y lealtad de los canarios: si no son un remedio barato de distraer su atención de los males que le agobian y de manejar los sujetos, al yugo, con el cebo de una esperanza que jamás se realizará.
Por lo que a nosotros los canarios independientes toca, no trabajaremos si no por un ideal: la independencia. Ya que es preciso realizar grandes sacrificios para venir a alcanzar una libertad a medias, que se realicen por una libertad completa. Ya llegará el día en que vengan a ofrecernos esa autonomía codiciada por algunos compatriotas, si es que sucesos de otro orden no ponen en duro trance la propia existencia nacional de España. Para entonces, nuestros compatriotas en masa, aleccionados por la experiencia, en conocimiento de sus derechos y de su fuerza, no la aceptarán. ¿Habrán de aceptar lo que han rechazado los cubanos ya en armas y los puertorriqueños aún en paz? ¿Son acaso los canarios menos dignos que sus hermanos del mar caribe?
10- ¿Ha habido algún tipo de política nacionalista en Canarias?
…[aquellas historias maravillosas de los guanches, nuestros padres, hombres de corazón ingenuo y cuyos músculos eran fuertes como de leones, que luchaban con arrojo contra el conquistador, cayendo al fin, es verdad, victimas de la alevosía y la perfidia, pero levantándose al cabo por la fuerza de su sangre, pura y sana. La raza guanche no ha desaparecido; mentira. No se extingue una raza; la sangre de los Bencomo y Tinerfes perdura aún.]…
…[manifesté ya en discursos ya en las columnas del órgano que representa a dicha asociación mis propósitos autonomistas y hoy que una gran parte de este pueblo está conforme con tan sublimes ideas, al mismo tiempo que hombres tan importantes como Don Ricardo Ruiz Aguilar, publicistas como Don Manuel Delgado y Barreto, Don Luis Felipe Gómez Wangüemert y otros más valiosos indirectamente han venido en nuestra ayuda.]…
…[manifesté ya en discursos ya en las columnas del órgano que representa a dicha asociación mis propósitos autonomistas y hoy que una gran parte de este pueblo está conforme con tan sublimes ideas, al mismo tiempo que hombres tan importantes como Don Ricardo Ruiz Aguilar, publicistas como Don Manuel Delgado y Barreto, Don Luis Felipe Gómez Wangüemert y otros más valiosos indirectamente han venido en nuestra ayuda.]…